El Hombre que hizo posible la Navidad

Conversemos sobre la Navidad, pero antes de hablar del niño en el pesebre, o de la mujer llamada María, concentrémonos en ese hombre que casi no se menciona, que prácticamente es olvidado en los festejos religiosos, hablemos de José.

Ese hombre, tenía un corazón tan puro, que podía comunicarse con los ángeles, lo que le permitió cerrar sus oídos a todos los que le decían que: su mujer no valía la pena, que obvio que ese niño no era suyo, “que era esa historia, que ella le contó, del Espíritu Santo, puras mentiras”.

Del hombre que, sumamente responsable de las leyes de su país, traslada a su mujer embarazada hasta su ciudad de origen, Belén, y en extrema humildad, pasa desapercibido en el pesebre, expectante, cauteloso, recibiendo a los visitantes (los pastores, los reyes), mientras observa en el cielo esa estrella, la más brillante del firmamento, y agradece las señales que supo obedecer.

De ese papá, que en sueños, recibió el mensaje de que tenía que dejar todo, su familia (sus padres, sus hermanos), sus amigos, y las pertenencias que tantos años le costó obtener (su casa y la carpintería), para poder salvar a su pequeño del peligro, llevándose a su mujer e hijo a una ciudad lejana, a otro país, Egipto, y aprender otro idioma, empezar todo de nuevo.

Del hombre que cuando ya estaba afincado, aprendido el idioma, montada de nuevo la carpintería, compartiendo con los nuevos amigos, le dicen que tiene que regresar, que ya es tiempo, y de vuelta a empezar.

Ese papá, que, a pesar de todo el sacrificio, escucha que ese niño – que está entrando en la adolescencia – entre las personas más importantes de la ciudad y en el Templo dice: “¿Por que me buscaban? ¿No sabíais que en los negocios de mi padre me es necesario estar?”. Y ese padre a quien menciona su hijo, no es él.

En el trayecto, de la más maravillosa historia de amor entre Dios y la humanidad, José desaparece en las Bodas de Cana, ha cumplido su misión, ya no se lo necesita, aparece en cambio otro hombre, ya maduro, y hace su primer milagro en una fiesta, Jesús.

Me emociona la vida de José, entregó todo por su familia. Siempre se habla de porque Dios eligió a María; en la vida de José aprendemos por que Dios lo eligió a él.

¿Tienes un José en tu vida?, quizás tu padre, un tío, o un abuelo que, en su caso, ocupo su lugar, un hermano con su familia, tu esposo con tus hijos, o con tus nietos, etiquétalo en esta publicación.

¡Feliz Navidad mi querida amiga, para vos, para el José de tu vida, para tu familia!!!!

P.D. El cuadro es del Artista Plástico paraguayo Koki Ruiz